Resignificar la belleza, pero hacerlo de la mano de Monet y una lente que logre capturar la esencia de ese arte que trasciende todo. Esta Wedding Editorial, Monet, éter in nenúfares, explora con ese quinto elemento, la inmaterialidad que llena el espacio entre cuerpos celestes, provocando una nueva manera de ver la magia de lo intangible, la atmósfera, los juegos de luz, la emoción suspendida en el aire… todo, por supuesto, con un inequívoco aire nupcial.
La obra de Monet se caracterizaba por capturar el momento fugaz, lo que cambia de un segundo a otro: la luz, el clima, el color del agua. Estas fotografías llevan el poder artístico de semejante nombre para jugar con el papel de la impermanencia, esa cualidad casi mágica de lo que no se puede fijar del todo. Como si se tratara de eternizar el alma, todas y cada una de estas fotografías ven al arte de cerca para manifestar por todo lo alto el poder de las bodas como una nueva expresión estética.




La puerta hacia lo espiritual, esa que se abría con cada pincelazo de Monet, se visibiliza con ayuda de textiles que se apropian del espacio de manera orgánica, con ese movimiento natural que nace y termina en uno mismo, con el paso enigmático de lo transitorio y ese halo de misticismo que acompaña lo que se ve y, más aún, lo que no se ve.
Éter in nenúfares utiliza la abstracción, la sugerencia de todo lo que existe y se hace presente más allá de lo físico, lo infinito y lo interno como bases para traer a la realidad la luz vibrante, la existencia que supera la materia, la idea de que en la imagen todo sucede al mismo tiempo. En estas imágenes la luz no es dura ni definida, sino que se filtra, crea halos y zonas de transición brumosa, aportando una atmósfera vaporosa, sutil, ligera.












Las telas se disuelven en el mismo cuerpo, creando una narrativa que inicia con la materialidad y trasciende con ese “sí, acepto”. La paleta de colores en Monet, Éter in nenúfares es suave, contenida, sin estridencias… blancos, verdes apagados, matices florales que recuerdan al agua que solo veía y capturaba el artista en sus obras. Aquí, la novia es una presencia etérea, una figura suspendida entre lo terrenal y lo intangible. Como un nenúfar sobre el agua, flota en un instante fugaz de belleza absoluta, antes de que la vida su cauce.
En esta Wedding Editorial sucede todo: el vestido como nube, no como estructura; la flor como símbolo de conexión, no decoración; la luz suave como emoción suspendida; la belleza que no se exhibe, sino que se contempla; el lujo hecho a imagen y semejanza de lo mejor del arte. Y sí, Monet, Éter in Nenúfares es, además, la inspiración nupcial que no sabíamos que necesitábamos.
Descubre más de esta Wedding Editorial: Monet, Éter in nenúfares






























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créditos:
fotografía y dirección creativa: @figueroandrea_
modelo: @miri_azz
vestidos: @rituales.secret.garden @studio.rituales
maquillaje y peinado: @edgaraguilarmakeup
estilismo: @taaromilk
accesorios y zapatos: @aguiarnovias
diseño floral: @alheli.bouquets @mafermora123
backdrop: @adreana_backdrops
estudio: @centralestudio
catering: Regina Guzmán
POR: MELISSA LARA