Hay bodas que se sienten como una película, y luego está el elopement de Noelle y Diego. Sin producción exagerada, sin invitados, sin discursos eternos. Solo ellos dos, con una vibra increíble, una cabina de fotos vintage y una ciudad que siempre está despierta.
El plan fue claro desde el principio: fugarse a Las Vegas y casarse en la Sure Thing Chapel, un lugar que lo tiene todo para quienes aman lo diferente. Noelle eligió un mini vestido blanco con estructura de blazer y escote off-the-shoulder, mientras que Diego fue por el tuxedo clásico. El estilismo fue impecable, con detalles que marcaron la estética general: ella con una diadema de perlas, él con lentes oscuros, y juntos, fluyendo con naturalidad en cada paso.
La ceremonia fue íntima y rápida, como manda la tradición en esta ciudad. Frente al fondo de terciopelo rosa y un gran corazón iluminado, intercambiaron anillos con una sonrisa. Después, entre risas y abrazos, se tomaron fotos en la cabina automática de la capilla —porque si vas a casarte en Vegas, necesitas una tira de retratos para recordarlo por siempre.
Ya como recién casados, caminaron por las calles del downtown. Las imágenes lo dicen todo: exploraron rincones con letreros de neón, se abrazaron frente a tiendas de tatuajes, se detuvieron a celebrar cada momento. Todo tenía ese aire desenfadado, casi cinematográfico, pero sin perder lo espontáneo.
No hubo nada que sobrara. Todo lo que importaba estaba ahí. Su boda fue justo lo que querían: divertida, sin presión, con cero expectativas y mucha personalidad. Una celebración fugaz, hermosa y 100% suya.
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créditos:
fotografía: @cj.foreverclub
venue: @surethingchapel
ellos: @noellealexandria @diegoalan__
POR: MELISSA LARA
