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OMEGA Speedmaster: 60 años de legado espacial junto a la NASA

Era 1965 cuando la NASA le dio la acreditación al OMEGA Speedmaster para ir al espacio. La historia es fascinante.

Era 1 de marzo de 1965 cuando la historia del tiempo cambió para siempre. Ese día, la NASA declaró oficialmente que el OMEGA Speedmaster era “Apto para el vuelo en todas las misiones espaciales tripuladas”. Lo que parecía solo una acreditación técnica se convirtió en el inicio de una de las colaboraciones más icónicas entre la relojería suiza y la exploración espacial. Sesenta años después, OMEGA celebra un legado que ha acompañado a la humanidad en sus momentos más audaces, desde las primeras misiones Géminis hasta la huella inmortal en la Luna.

OMEGA Speedmaster

De la Tierra al infinito: La historia detrás de la acreditación

La necesidad era clara: encontrar un cronógrafo lo suficientemente preciso, resistente y confiable para sobrevivir en condiciones extremas. En 1964, la NASA lanzó una convocatoria a diversas marcas de relojes para enviar modelos que serían sometidos a una serie de pruebas rigurosas. Solo tres marcas pasaron a la fase de evaluación… y solo una sobrevivió.

El Speedmaster de OMEGA superó pruebas de temperatura extrema, vacío, humedad, presión, vibraciones, golpes y sonido. Fue el único en salir intacto tras 11 pruebas diseñadas originalmente para equipos montados en las naves espaciales, no para relojes de pulsera. La confianza fue tal, que los mismos astronautas —sin saber los resultados— eligieron el Speedmaster como su favorito, destacando su precisión, fiabilidad y facilidad de lectura.

El primer reloj en la Luna

El 23 de marzo de 1965, solo semanas después de la certificación oficial, el OMEGA Speedmaster viajó por primera vez al espacio con la misión Géminis 3. Y, cuatro años más tarde, el 20 de julio de 1969, fue testigo silencioso del primer alunizaje: mientras Neil Armstrong daba su histórico paso, Buzz Aldrin llevaba en la muñeca el Speedmaster que pasaría a la historia como el primer reloj en la Luna.

Desde entonces, el Speedmaster ha estado presente en todas las misiones tripuladas de la NASA y sigue siendo parte del equipo oficial para los astronautas, consolidando su estatus como una herramienta de precisión, pero también como un ícono cultural.

¿Qué hace tan especial al OMEGA Speedmaster?

A simple vista, el diseño del Speedmaster ha cambiado poco en 60 años —y ahí reside gran parte de su magia—. Pero su interior ha evolucionado con la más alta ingeniería suiza. Su cristal hesalite, su resistencia a condiciones extremas y la legendaria legibilidad de su carátula han demostrado que la funcionalidad puede —y debe— ir de la mano del diseño atemporal.

Su movimiento, el calibre 321, es una joya mecánica nacida del compromiso de OMEGA con la precisión, y sigue siendo admirado por coleccionistas y expertos. Todo, sin olvidar su espíritu pionero: fue el primer reloj con escala taquimétrica en el bisel, en lugar de la esfera.

El emblema de la humanidad que nos dieron OMEGA y la NASA

Celebrar los 60 años de la acreditación de la NASA es, en realidad, celebrar la ambición humana de ir más allá. Es mirar hacia atrás y recordar que, incluso en los desafíos más grandes, la precisión importa. Y que, a veces, el tiempo no solo se mide: se conquista.

OMEGA Speedmaster no es solo un reloj. Es un símbolo de confianza, innovación y valentía. Y su historia con la NASA es el testimonio perfecto de que los grandes logros se construyen segundo a segundo.

Más información en: omegawatches.com

POR: THE WEDDING BOOK

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